Mi primo Juan, con el que mantengo una buena relación, me pide que le envíe por correo la fórmula secreta del ajoaceite.
Para que nadie la copie sin nuestro permiso, decido enviársela encriptada.
Como en otras ocasiones ya hemos utilizado la aplicación 'Enigma', no es preciso acordar una nueva clave: La clave es 'Llave123' y ambos la conocemos.
Por otro lado, la fórmula secreta del ajoaceite es:
AjoaceiteA continuación escribo en el apartado Texto sin encriptar la fórmula.
Pulso el botón ENCRIPTAR y automáticamente me muestra en el apartado Texto encriptado algo que aparentemente no tiene nada que ver con la fórmula.
Utilizo los botones de mi dispositivo para seleccionar el texto encriptado y copiarlo al portapapeles. Con cuidado de no dejar nada, desde el primer hasta el último carácter '#'.
Envío el texto pegándolo en un mensaje de correo. Aunque podría haber usado alguna aplicación de mensajería instantánea u otro medio.
Como ve que su aplicación de correo para el móvil no le deja seleccionar y copiar texto de los mensajes entrantes, se le ocurre pulsar el botón responder (o reenviar) y ya de ese modo sí le permite seleccionar el texto para copiarlo.
Después accede a la aplicación 'Enigma', pega el contenido del portapapeles en el apartado Texto encriptado y escribe la clave en el apartado correspondiente.
Pulsa el botón DESENCRIPTAR y la fórmula secreta del ajoaceite aparece en el apartado Texto sin encriptar.